¡Gracias desde el fondo de mi ser, gracias por ayudarme tanto! Dios puso VALORA en mi camino. De verdad, han sido ángeles que me han dado las fuerzas necesarias para continuar, para resurgir y sobre todo, para incluir a Dios en mi vida como centro, como principio y fin; para entregar a Dios a mis hijos, a mi pareja, a mi familia, a mis alumnos, a todo mi prójimo, la mejor versión de mí.
La labor que ustedes hacen es bendita; ¡sigan adelante!